Me encantan las historias, sigo perfeccionando mi habilidad para escribirlas y me gusta emocionarme cuando me cuentan alguna que deja tanta sensación buena en el corazón.
Después de ver esta película entiendo porqué Carmen Maura se enamoró del guión, personajes bien pensados en situaciones divertidas y llenas de detalles. Hay que verla, aburrirse de la rutina y viajar al mar.
Más allá de comprar la boleta para apoyar el cine colombiano, hay que disfrutarlo, sobre todo ése que es bueno en realidad, ése que corrige el rumbo de lo que vemos en la producción audiovisual local.
"Sofía y el Terco" compartirá mi empatía por películas colombianas con "La gente de la Universal" (1991) y "Karen llora en un bus" (2011).
Muchas flores y solo una queja: me faltó el porqué del silencio de Sofía, no encontré una razón narrativa válida para callar a Carmen Maura... me atrevo a decir que esa decisión no tiene nada que ver con el guión, y tal vez sí con el "españolete"
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