sábado, 21 de marzo de 2009

Charles Chaplin y El Gran Dictador


Es increíble como a veces el humor puede ser más crítico que un documental, porque, aunque se mofa de la realidad, la representa y toma elementos de la misma para criticarla y abordarla desde un lado cómico.


Muchas veces la manera más sencilla pero más efectiva de criticar algo es burlándose de eso, en este caso Charles Chaplin ante la situación que el mundo vio evolucionar en la década de los 30 y que en ese momento padecía (1940), realizó un filme en el cual cuenta la historia del gran dictador de “Tomania” y a la vez interpreta a un barbero judío que vive en uno de los guetos.




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“Y de repente vino el Führer. Tiene un bigote como el de
Chaplin pero no es nada cómico.” 
Kurt Tucholsky



La película empieza en la I guerra mundial cuando el barbero judío se encuentra luchando en el frente, donde pierde la memoria y vuelve a su casa después de varios años, cuando “Hynkel” el gran dictador se encuentra en el poder y representa una gran amenaza para los judíos a causa de la persecuciones y atropellos que protagonizaba el ejército del “Führer” en contra de este pueblo.

(Después de 15 años de finalizada la primera guerra mundial (1918) el ascenso del Nazismo era un hecho al igual que su desarrollo y expansión alrededor del mundo. Por medio de políticas anticomunistas, nacionalistas y altamente racistas, Adolfo Hitler consiguió subir al poder y desde allí legitimar la eliminación de razas "inferiores" a la alemana, principalmente a la judía, quienes perdieron la nacionalidad alemana, sus derechos y principales bienes además de ser obligados a vivir alejados del resto de las personas e ir a los campos de concentración en  donde morían.)


Chaplin interpreta al Führer como un “Líder” inmaduro, despistado y bastante malo a la hora de tomar decisiones y lo representa a través de Adenoid Hynkel, aquel “pequeño” hombre capaz de movilizar y convencer a miles de personas utilizando discursos llenos de patriotismo y odio contra los judíos.


--> La escena en la cual, Hynkel se dirige a su pueblo y todo su discurso se encuentra en alemán, basta con la “corta” traducción y con todos los miles de gestos que realiza el personaje para traer a la mente la imagen del Hitler y del poder de convencimiento que tenía y que utilizaba a través de la palabra para tener a todo un país bajo su poder y sus ideas.

--> otra escena que me gustó mucho además de llamarme mucho la atención, es en la cual Hynkel se encuentra jugando con el mapamundi, lo lanza, lo recibe...  Es una alegoría de lo que Hitler representaba en ese entonces para el mundo, casi que por un instante logró jugar con el futuro del planeta y de la misma forma decidir hacia dónde "caía".

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